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domingo, 10 de julio de 2011

Maquiavelo y la ambición humana

César Borgia


Maquiavelo nos describe perfectamente cómo todas las personas ambicionamos mas de lo que tenemos, por eso nos sentimos inseguros.

Siendo insaciables los deseos del hombre, porque su propia naturaleza le impulsa a quererlo todo mientras sus medios de acción le permiten conseguir pocas cosas, resulta continuo disgusto en el entendimiento humano, desdén por lo poseído y, como consecuencia, maldecir los tiempos presentes, elogiar los pasados y desear los futuros, aunque para ello no tengan motivo alguno razonable. (Maquiavelo, Discursos, 2, Prólogo)


Maquiavelo nos indica que queremos siempre más de lo que podemos abarcar, por eso la felicidad nos rehúye.


El miedo a perder agita tanto los ánimos como el deseo de adquirir, no creyendo seguro los hombres lo que tienen si no adquieren de nuevo. Además, cuanto más poderoso mayor es la influencia y mayores los medios de abusar. Y lo peor es que los modales altivos e insolentes de los nobles excitan el ánimo de los que nada tienen, no sólo el deseo de adquirir, sino también el de vengarse de ellos, despojándoles de riquezas y honores que ven mal usados. (Maquiavelo, Discursos, 1, VI)


La ambición y el miedo a la pérdida mueven a la Humanidad, nos cuenta Maquiavelo. Y como los poderosos son los que más ambicionan, dan este mal ejemplo a los demás que siguen la misma senda con envidia hacia los anteriores.


EXTRAÍDO DEL LIBRO:

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Maquiavelo y la maldad humana

Por la experiencia que Maquiavelo tuvo en el gobierno de Florencia, es mejor gobernar previendo que los hombres se inclinan al mal. Así se evitan muchos disgustos.


Alegoría de la Justicia

Según demuestran cuantos escritores se han ocupado de legislación y prueba la historia con multitud de ejemplos, quien funda un estado y le da leyes debe suponer a todos los hombres malos y dispuestos a emplear su malignidad natural siempre que la ocasión se lo permita. Si dicha propensión está oculta algún tiempo, es por razón desconocida y por falta de motivo para mostrarse; pero el tiempo, maestro de todas las verdades, la pone pronto de manifiesto. Los hombres hacen el bien por fuerza; pero cuando gozan de medios y libertad para ejecutar el mal, todo lo llenan de confusión y desorden. Dícese que el hambre y la pobreza hacen a los hombres industriosos, y las leyes buenos. Siempre que con obligación legal se obra bien, no son necesarias las leyes; pero cuando falta esta buena costumbre, son indispensables. (Discursos, 1, III)

Maquiavelo nos explica que el que piense que todo el mundo es bueno, es porque no ha ejercido el gobierno de los hombres. Es mejor evitar por las leyes la tendencia humana a ejecutar el mal a que, creyendo que la humanidad es bondadosa, una vez desengañados tengamos que aplicar otras leyes más penosas para corregir el mal que los gobernados han causado.

EXTRAÍDO DEL LIBRO:

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