Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso.
OK | Más información | Y más
Búsqueda personalizada

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Manual del Candidato

Quinto Tulio Cicerón, hermano del célebre político y orador contemporáneo de Julio César, le remitió una carta sobre cómo ganar unas elecciones. No las ganó, pero la epístola no tiene desperdicio. El documento se titula Commentariolvm Petitionis o Manual del Candidato. A continuación se pueden leer varios extractos muy interesantes y periódicamente iré añadiendo mas.

“Como es bueno que te aprecie la gentes a cuyo círculo quieres pertenecer, no olvides que el favor de los nobles, especialmente el de los de rango consular, es de gran ayuda para cualquier advenedizo y tienes que cultivar diligentemente su trato, visitándolos y persuadiéndoles de que tus simpatías políticas siempre se han inclinado de su lado.”


LOS AMIGOS
“Es entre los que se sientan obligados hacia tí por algún favor previo, de entre los que esperan ganar algo contigo y, también, de los que brindan espontáneamente su ayuda, de donde procederán los colaboradores para tu campaña electoral, y hay que saber sacar el máximo provecho de todas estas personas. Si la gente piensa que una pequeña ayuda es razón suficiente para apoyar a un candidato, los que te deben todo lo que son —y son muchos los que están en esa circunstancia— pensaran que van a perder su honor sino saben corresponderte ahora; aún así, hay que pedirles su voto y hacerles entender que, en el futuro, serás tú quién les estés en deuda. Los que esperan sacar tajada contigo colaborarán con mayor celo aún y deben darse cuenta de que tomas buena cuenta de sus servicios, que notas y aprecias su trabajo y de que, llegada la hora, siempre te encontraran pronto a escuchar sus peticiones.”


LOS ENEMIGOS
“Hasta ahora me he ocupado de la ayuda de los amigos pero no debo omitir que esto requiere precaución, porque el mundo está lleno de simulación, falsedad y traición. No creo que sea el momento de una larga discusión sobre como distinguir el trigo de la cizaña y deberán bastarte unas breves advertencias. Es tal tu personalidad que muchos se ven obligados a simular deferencia cuando lo que realmente sienten son celos; recuerda, pues, la afirmación de Epicarmo de que la esencia de la sabiduría es “no confiar demasiado” y a medida que vayas creando tu grupo de partidarios, iras también descubriendo quienes son tus enemigos y detractores y como se las gastan.


Serán las personas que te guardan rencor, la gente a la que, sin razón, no les simpatizas y los amigos de tus oponentes. Ante los que has ofendido —quizá por ir contra sus intereses en los tribunales cuando defendías a uno de los tuyos—, debes exculparte recordando tus deberes personales y las exigencias del momento, y darles esperanza de que si llegarais a ser amigos y atravesaran circunstancias similares, derrocharías con ellos idéntico favor y dedicación. A los que caes antipático sin justificación, intenta ganártelos con favores y promesas y con derroches de amabilidad. El tercer grupo, el de los amigos de tus partidarios, precisa la misma táctica y si lograras atraerte a algunos, debes decirles que estás igualmente bien dispuesto hacia tus demás rivales.”


CONCLUSIÓN
“Estas son las cosas que se me ocurrían sobre esos dos puntos de meditación matutina que, te decía al principio, debes dar vueltas en tu cabeza cuando te dirijas al Foro: “Soy un advenedizo” y “quiero ser cónsul”. Queda el tercero: “Esto es Roma” —una ciudad mezcla de razas, que rebosa de insidias, traiciones y toda clase de vicios y en la que hay que soportar a mucha gente insolente, rebelde, malvada, arrogante, rencorosa e inoportuna. Es evidente que manejarse con un personal de tal calaña sin crear resentimientos, evitar trampas y no dar que hablar requiere de las dosis de prudencia y soltura que sólo tiene quién sabe comportarse, hablar y sentir de acuerdo con tan variada audiencia.



sábado, 12 de diciembre de 2009

Cardenal Mazarino


En este blog voy a ir escribiendo sobre personajes que, a mi entender, han sido grandes cortesanos. De muchos de ellos me inspiré para realizar el libro motivo de este blog. Mis respetos mas sinceros a todos ellos. Gracias a su biografía y sus profundos conocimientos del arte y ciencia cortesana podemos hoy gozar de su sabiduría.

Uno de mis mejores maestros fue el Cardenal Mazarino.

De su fascinante vida ya hay mucho escrito en Internet. Puede ver un buen resumen en la Wikipedia.

Por mi parte, sólo hacer una introducción con algunos de sus mejores consejos recogidos en su libro "Breviario de los políticos". De Su eminencia he recogido el lema que aparece en el banner. Así comienza su libro:

Como lo hacía la más antigua y más pura filosofía, nos basamos el día de hoy en dos grandes principios. 


Los antiguos decían: contente y abstente. Nosotros decimos: simula y disimula; o incluso: conócete a ti mismo y conoce a los demás –lo que, salvo error de mi parte, se refiere exactamente a lo mismo. Empezaremos por examinar el segundo de estos principios, después de lo cual, con motivo de las distintas acciones del hombre, regresaremos al primero en la segunda parte de esta exposición– de la que preciso que no seguirá ningún esquema preestablecido, tanto como que es el azar lo que determina las acciones de los hombres.

Axiomas
1.    Actúa con tus amigos como si pudieran convertirse un día en tus enemigos. 
2.    En una comunidad de intereses, existe peligro desde el momento en que un miembro se vuelve demasiado poderoso. 
3.    Cuando quieres obtener de corazón algo, que nadie lo descubra hasta que lo hayas obtenido efectivamente. 
4.    Es necesario conocer el mal para poder combatirlo. 
5.    Todo lo que puedas arreglar pacíficamente, no trates de arreglarlo por medio de una guerra o un proceso legal. 
6.    Es preferible aceptar un ligero perjuicio que hacer prosperar los asuntos de otro porque se espera de ellos un gran beneficio. 
7.    Al mostrarse demasiado duro en los asuntos, se expone uno a grandes peligros. 
8.    El centro es siempre preferible a los extremos. 
9.    Debes saber todo sin decir jamás nada, mostrarte afable con todo el mundo y no entregarle tu confianza a nadie. 
10.    El hombre feliz es el que permanece equidistante de cada uno de los partidos. 
11.    Mantén siempre un cierto grado de desconfianza de cada quien, y estate convencido que las personas no tienen mejor opinión de ti que de los demás. 
12.    Cuando un partido es numeroso y poderoso, aunque no pertenezcas a él, nunca digas nada malo del mismo. 
13.    Desconfía de todo aquello hacia lo cual te lleven tus sentimientos. 
14.    Para ofrecer un regalo o dar una fiesta, medita tu estrategia como si fueras a partir a la guerra. 
15.    No dejes que se te acerque más un secreto que un prisionero prófugo que hubiese jurado degollarte. 


En resumen 
Ten siempre presentes estos cinco preceptos: 
1.    Simula. 
2.    Disimula. 
3.    No te fíes de nadie. 
4.    Di cosas buenas de todo el mundo. 
5.    Prevé antes de actuar.